En su reciente visita al Reino Unido Inglaterra el Papa hizo unas polémicas declaraciones comparando al ateísmo con el nazismo.
Benedicto XVI en un alarde de cinismo e hipocresía ha manifestado en Bellahouston Park, de Glasgow en un discurso en el que ha comparado lo que definió como “ateísmo radical” con la tiranía de los nazis en la segunda guerra mundial, en sus perversas declaraciones se atrevió a decir: “podemos recordar como Gran Bretaña y sus líderes lucharon contra la tiranía nazi que quería erradicar a Dios de la sociedad.
Al reflexionar sobre las lecciones sobrias del ateísmo extremista del siglo XX, no olvidemos nunca como la exclusión de Dios, de la religión y la virtud de la vida pública lleva últimamente a una visión truncada del hombre y la sociedad”.
Ahora resulta que según el Papa que el ateísmo de los nazis fue quien los llevó ha realizar las terribles atrocidades y su política de exterminio, que son los ateos quienes quienes quieren forzar la opinión de los demás, que son los ateos los intolerantes y los creyentes y la Iglesia Católica los perseguidos.
No se puede consentir que precisamente el representante de una organización que pretende imponer a toda la sociedad una moralidad exclusiva y cerrada, que pretende imponernos a todos a su doctrina totalitaria, que no respeta los derechos humanos de las mujeres, de los niños, de los homosexuales, de los creyentes de otras religiones, ni de los no creyentes, a quienes pretende imponernos por la fuerza si es preciso, su doctrina, que al ser de origen divino está por encima de todo, y de todos.
No, no señor Rantzinger, usted sabe perfectamente que está faltando a la verdad, que miente y retuerce la verdad de la historia impunemente, usted sabe, que si de verdad existiese el infierno, tendría allí un lugar reservado para pagar por sus muchas falsedades y por oscuro pasado.
El Papa parece olvidar a pesar de su pasado nazi, que el nazismo también era enemigo de los judíos, de los comunistas, de los anarquistas, también de los ateos y de todas las razas impuras, que según sus ideas nacionalistas consideraban a la raza aria una raza superior que podía hacer con las demás lo que quisiera, incluido su exterminio.
También parece olvidar la relación entre el Vaticano y el nazismo, que el Papa Pío XII odiaba a los judíos y que el Concordato entre Hitler y el Vaticano propició la persecución y exterminio de los judíos; este Papa amigo de los nazis, decretó en 1949 la excomunión de los comunistas y de todos los que les apoyaran, (decreto que aún sigue vigente), pero ni Adolf Hitler ni ningún miembro del estado mayor del reich fue excomulgado, ni nadie fue separado de la iglesia por practicar o promover el racismo ni el antisemitismo, ni por participar en las cámaras de gas y en los campos de exterminio. El Vaticano no solamente no condenó al nazismo sino que calló ante la proclamación de las leyes raciales de 1935, hizo oídos sordos y enmudeció en 1938 cuando sucedió la Noche de los Cristales rotos.
Cuando las tropas aliadas liberan Europa y entran en Alemania poniendo al descubierto todo el horror nazi de los campos de exterminio y de las cámaras de gas y todas sus atrocidades, como las cometidas en Auschwitz, después de todo esto, el Vaticano siguió apoyando a los nazis, incluso llegaron a decir una misa réquiem en memoria de Adolf Hitler.
Sería interminable si enumeráramos todas las culpas y crímenes de la Iglesia Católica, si habláramos de la Santa Inquisición, de la persecución y la quema de herejes, de las Cruzadas y sus criminales hazañas.
La verdad es que la Iglesia a la que usted representa es una organización criminal envilecida por siglos de codicia mercaderes y homicidas, aliada siempre del poder y de la corrupción, de todos los tiranos, de los opresores y de los criminales de lesa humanidad; en España se aliaron con Franco para escribir la página más negra y cruenta en la historia de este país.
Lo mejor que podría hacer usted es: pedir perdón y disolver su nefasta organización, la humanidad se lo agradecería.
Sindicato de Oficios Varios de Chiclana