Boicot a las elecciones sindicales
Todos piden tu voto. El Gobierno, a través del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social hace la campaña oficial. Los sindicatos pudientes gastan miles de millones en convencerte de lo conveniente de elegirles; otros, parecen salir de un largo sueño y cobrar repentina actividad ante la proximidad de las Elecciones Sindicales a Comités de Empresa. Todos piden tu voto... menos CNT.
En este tríptico encontrarás argumentos para la abstención y una propuesta sindical alternativa.
1. Cuestión de dinero, nada más
Cierta manera de entender que el sindicalismo necesita de subvenciones públicas periódicas para su supervivencia. Estas subvenciones, consignadas todos los años en los Presupuestos Generales del Estado, necesitan un criterio para ser repartidas, y ninguno mejor que el que proporcionan las Elecciones Sindicales a Comités de Empresa. De este modo, la subvención que recibe cada sindicato participante es proporcional al número de delegados que obtiene en las Elecciones: más delegados, más millones.
En el fondo, la contienda electoral no es más que la lucha por conseguir el trozo más grande del pastel del presupuesto sindical del Estado.
2. Cuando las ideas son lo de menos
Como la afiliación sindical es muy modesta, los sindicatos concurrentes no pueden ser rigurosos a la hora de seleccionar sus candidatos. Ocurre con frecuencia que las candidaturas son las mismas que en anteriores Elecciones, sencillamente porque se carece de capacidad de renovación. La escasez obliga a algunos sindicatos a captar como candidatos a personas no afiliadas y de formación sindical deficiente.
Con este panorama, no es de extrañar que se presenten much@s "trepas" que ven en su candidatura a miembro del Comité una buena posibilidad de ganar influencias, seguridad o simplemente de liberarse de su trabajo cotidiano; privilegios que en ningún momento tendrá el resto de trabajadores.
La "caza del delegad@" es un bochornoso espectáculo que ofrecen en estos momentos los sindicatos concurrentes a las urnas. Cualquier arribista puede ser candidato; todo trapicheo vale con tal de obtener un delegado más, con tal de lograr a la postre esas subvenciones millonarias que les son vitales: las ideas son lo de menos.
3. El Capitán Trueno no existe
Con toda probabilidad tú, lector o lectora, formas parte de ese 90% de trabajadores y trabajadoras no sindicados. Es de suponer que si no te has afiliado es porque ningún sindicato "te convence". Entonces, compañer@... ¿qué significa ahora tu voto?
Tu inactividad sindical no se puede compensar con un voto cada cierto tiempo. Al contrario, votando te acostumbras a delegar en otr@s lo que es responsabilidad tuya. Te guste o no, la solución a los problemas de los trabajadores y trabajadoras las tenemos que dar los trabajadores mismos; ningún liberado va a hacer lo que tú no estés dispuesto a hacer por ti mismo. Desengáñate, los funcionarios sindicales no funcionan.
4. Los comités no tienen arreglo
Si, por el contrario, perteneces a esa minoría de trabajadores y trabajadoras afiliadas a un sindicato, sabrás por propia experiencia que el Sindicalismo de Clase se desenvuelve mal en esas miniaturas de Parlamento que son los Comités de Empresa. En sectores donde la contratación eventual y la precariedad son muy altas, los Comités no actúan. En otros sectores son corresponsables de aceptar reconversiones humillantes. Y en el sector público los Comités son canchas políticas a merced del corporativismo. En todas partes se constata el fracaso del modelo de los Comités de Empresa; fracaso reconocido incluso por sus propios promotores.
5. La alternativa: Secciones Sindicales
Las Patronales han aprendido mucho, casi tanto como hemos olvidado los trabajadores y trabajadoras. Cuando solucionan favorablemente un conflicto y cuando logran imponer sus condiciones laborales, se comunican las recetas a través de sus Organizaciones Empresariales. Cursos y masters en gestión de personal y recursos humanos les sirven para perfeccionar y unificar criterios de actuación con los trabajadores. Ante esto no se puede oponer un "sindicalismo de diseño", que depende del dinero que le da el Estado y cuyas propuestas no van más allá de sortear seguros de vida, vacaciones en el mar o huertecillos de fin de semana. La Patronal hace su agosto.
La alternativa no es otra que la participación directa de los trabajadores en sus propios asuntos, sin delegar en liberados y burócratas sindicales de ningún tipo. Para ello existe un modelo organizativo que ya funciona con éxito: las Secciones Sindicales.
6. ¿Qué son las Secciones Sindicales?
Sencillamente, el conjunto de afiliados y afiliadas a un sindicato en una Empresa. Para constituir una Sección Sindical no se necesitan Elecciones, basta una asamblea de afiliad@s. En lo sucesivo será siempre la asamblea la que tome las decisiones.
Toda Sección Sindical tiene, por el hecho de serlo, un o una portavoz ante la Empresa, el delegad@ de la sección, nombrad@ por la propia asamblea y revocad@ también por ella en cualquier momento si fuera necesario (intenta revocar un Comité, seguro que no puedes). El delegad@ de la Sección tiene en la práctica los mismos derechos ante la Empresa que cualquier miembro del comité, pero ningún privilegio o condición laboral que lo distinga del resto de trabajadores y trabajadoras. Habiendo Secciones Sindicales, las Elecciones a Comités de Empresa son innecesarias.
7. La Sección Sindical nunca está sola
La coordinación entre Secciones Sindicales de un mismo ramo les confiere una fuerza de negociación que la Patronal conoce y teme. Porque la Sección Sindical es la presencia del sindicato en la Empresa. De este modo los problemas de uno son los de todos, dando oportunidad a la solidaridad y al apoyo mutuo propio del Sindicalismo de Clase.
8. Tú eres tu mejor candidat@
Ante las Elecciones Sindicales, piénsatelo dos veces. No delegues, no votes. Organízate en Secciones Sindicales, no dejes que nadie decida por ti, porque nadie trabaja por ti.
¡Tú eres tu mejor candidat@!,