Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

lunes, enero 16, 2012

Ha muerto un fascista


Muere en la cama, impunemente, Manuel Fraga, icono del franquismo y responsable de los asesinatos de Gasteiz. 1963. Se hace un silencio y se oye un grito. Alguien llama "fascista". Según la crónica de la época de Luis Ramírez en 'España hoy': "Fraga se abrió la chaqueta, saco el pecho y dijo: ¡A Mucha honra, gracias". El dramaturgo José Bergamín no desdice el paso: "En mi vida he visto mucha gente con fama de fascista o que quería profesar el fascismo, pero sólo he conocido a dos de verdad: uno fue José Calvo Sotelo, la otra es Manuel Fraga".

En Europa lo ven prácticamente igual: "Oiga con atención, amigo: usted es buena persona, tanto que linda la ingenuidad. Monsieur Fraga es un fascista, nació fascista y morirá fascista. Y no obtendrá nada de los gaullistas. Le dice alguien que ha estado luchando contra el fascismo toda su vida". Son palabras de Jean de Lipkowski, responsable de Asuntos Exteriores de la UDR francesa. Palabras citadas por Jorge Vestrynge el libro "Memorias de un maldito" (1999).

De idéntico parecer era la familia de Luis Cernuda, el poeta que inmortalizó los versos "recuérdalo tú y recuérdalo a otros". Cuando en plena dictadura le pidieron al ministro franquista permiso para que el poeta pudiera asistir al entierro de su madre desde el exilio mexicano, Manuel Fraga Iribarne les espetó: "¡Que se quede Donde está! ¡Ya tenemos bastantes maricones en España". Poco antes, a las mujeres de los mineros en lucha de la cuenca del Nalón de Asturias las tachó, en 1962, de "piojosas". Habían sido rapadas en el cuartel de la Guardia Civil, humilladas y paseos por las calles de Langreo y reiteradamente golpeadas.

De Palomares a Ruano

Tras el antes, en 1966, el ministro estrella de Franco (1962-1969) se remojó sus genitales nucleares en Palomares, después de que un B-52 norteamericano perdiera cinco bombas de hidrógeno cerca de la localidad de Almería. En bañador, 'inasequible al desaliento', anunció a diestro y siniestro que no había pasado nada. Pero Palomares se convirtió después del accidente nuclear más grave ocurrido nunca en España: el 29% de la población resultó contaminada por plutonio. Como contaminada de mentiras, fue, en 1969, la muerte en comisaría del joven estudiante Enrique Ruano, que inspiró la canción "Que quieren esta gente" de Maria del Mar Bonet. Fraga atar en corto la campaña de prensa impulsada por ABC-a través del periodista-policía Alfredo Semprún-para presentarlo como un 'suicidio. El ministro llamó personalmente al padre del estudiante fallecido, le amenazó y le dijo que abandonara toda protesta: le recordó que tenía otra hija de la que preocuparse. Cuando ya se sabe que la diferencia entre mafia y fascismo es, precisamente, que no hay. Ese mismo año, Fraga fue el encargado de dirigir la campaña del régimen "25 años de paz" y seis años después, el 24 de enero de 1969, se encargó de anunciar el estado de excepción que llenó las cárceles de luchadores obreros.

De Granados y Delgado en Puig Antich, currículo de muerte

Fraga también está, según todas las investigaciones, tras la decisión de ejecutar los anarquistas Francisco Granados y Joaquín Delgado, asesinados por garrote vil tras un juicio de pantomima en 1963. Un crimen que Fraga justificó por radio y televisión. Con palabras quizá no tan exactas como las que tuvo que escuchar un reportero de Reuters el 20 de mayo de 1974 en Londres. El periodista requería en Fraga, nombrado embajador en el Reino Unido en 1973, con qué legitimidad se constituiría el nuevo gobierno. Siempre torrencial, descabellado gritó: "¡Con la legitimidad de las metralletas". Antes, en febrero de 1974, Fraga ya había recibido al director de una revista: "Usted no ha venideras a roja, ha venideras a interceder por Puig Antich". Obviamente Fraga no movió un dedo. En 1975 tampoco le 'tembló la mano' ni la voz cuando un grupo de oposición le pidió a la embajada londinense que intercediera por los que serían los últimos fusilados del franquismo, militantes de ETA y del FRAP. El diálogo habla solo:

- Usted, como catedrático, estará en contra de la pena de muerte?

- En cierta gente, yo no lo fusilaba. Se le debería colgar los cojones -respondió Fraga.

Máximo responsable de la matanza de Gasteiz

El 3 de marzo de 1976, ya nombrado ministro de gobernación al Ejecutivo protofranquista de Arias Navarro, pedido personalmente la represión al movimiento obrero autónomo de Gasteiz, que provocó la muerte de cinco trabajadores en el ataque policial a la iglesia de Zaramaga, mientras se celebraba una asamblea abierta. Fraga, el ministro más activo de Franco, fue quien ordenó abrir fuego real, quien popularizó entonces la torpe dicho "la calle es mía" y quien manipuló torpemente el relato de los hechos. Fraga teorizó que "la responsabilidad íntegra de los que siguen sacando gente en la calle", pero a la propagandística visita al hospital para ver a los heridos no se sortirt paso. "¿Qué vienes a rematarlos?" preguntó la hijo de un herido. Otro familiar le cerró la puerta. "Fascista", le gritan, "hijo de puta".

Gritos que aún resonaban en 2006, con motivo del 30 aniversario de los asesinatos impunes de Gasteiz. Entonces Lluís Llach-que compuso 'Campanadas a muerte' en tributo-declaró: "todos sabemos que aquello fue un acto de terrorismo de estado, ejecutado por responsables ministeriales aún vivos, todos lo sabemos perfectamente, (...) para nosotros nunca habrá transición hasta que se pida perdón a las víctimas de Gasteiz, los perseguirá nuestra memoria para siempre".

Ni antes ni después ni durante Fraga retrocede. Sólo tres días después de la matanza, en rueda de prensa, Fraga levanta el brazo y escupe. "Lo que no haya aprendido la lección de Vitoria, lo viera lo que hace (...) lo que quiero plantear la lucha, la tendrá. Con Todas suspensión Consecuencias. ¡Dejémonos de pamplinas!" brama. Y se deja de pamplinas sólo dos meses después: el 9 de mayo en Navarra. Reincidente en la violencia estatal, llegan los muertos de Montejurra, el intento del estado franquista, con Fraga urdiendo la trama ultraderechista en conexión con los servicios secretos-para labrar la cultura del terror y desactivar los anhelos del cambio político y social que se incubaban en el carlismo autogestionario. De aquella época es otro cita bíblica de Fraga Iribarne: "el mejor terrorista, el terrorista muerto". De rasero hipócrita hilo: en 1983 Fraga ficha Rodolfo Eduardo Almirón, además de la siniestra Triple A argentina, como jefe de seguridad de Alianza Popular. Nada extraño: en 1964-véase la segunda imagen de la fotogalería-Fraga se dirigía por carta a Otto Skorzeny, miembro de las Wafen-SS residente en Pollença (Mallorca) y directamente vinculado a la red Odessa de fuga de antiguos dirigentes nazis .

De Pinochet en Guatemala pasando por Banzer

Franquista resistencial, fundador de AP y el PP ya la vez 'padre de la constitución', el tiempo mediocre de la farsa de la transición y el camuflaje de la reconversión no paso arreglar nada. Franquista de pura cepa, en 1986 propone una 'marcha sobre Gasteiz', al estilo mussoliniano de la marcha sobre Roma, para forzar un golpe de Estado. En 1999 dice a los militares guatemaltecos responsables de 34 años de genocidio: "Teniente Fraga a las órdenes de Todos ustedes. En España desde 1936 subasta la muerte del Generalísimo transcurrió una transición social muy importante: la larga paz ". En 2000 visita el ex dictador boliviano Hugo Banzer ya la salida declara: "me honra mantener una vieja amistad con el General, por quien tengo admiración". Tres días más tarde defendía Pinochet públicamente.

Siempre abiertamente opuesto al esclarecimiento del caso GAL, en 2002, en un documental sobre la guerra sucia en el País Vasco, calificó como "movimiento de autodefensa" el terrorismo de Estado con conexión ultraderechista (Batallón Vasco Español, ANE, ATE) de la transición político española y añadió, enigmáticamente, que "volvería a producirse en los próximos tiempos". Cuatro años después, en una entrevista en 'El País' el 30 de abril de 2006 afirma no empenedir a por nada del fusilamiento de Julian Grimau. Fraga fue el encargado de anunciar la ejecución, firmó personalmente la condena-Franco lo requirió a todos los ministros-y tildó el dirigente comunista del PCE como "ESE caballerete ". De nuestra cultura y nuestro país ya había dicho, en 1968," León ... la ocupamos en 1939 y estamos dispuestos a ocuparlo tantas veces como sea Necesario".

La Galicia caciquil

No cabe todo el olvido condensado en una pieza. Impulsor de la Galicia más caciquil y regionalista, designador de Aznar como sucesor y adulador de los golpistas del 23F ("personas llenas de buena voluntad"), constructor de un sistema férreo de censura desde la Xunta de Galicia, urdidor de la corrupción en el voto de los inmigrantes gallegos dispersados ​​por el mundo, minimizador del holocausto nazi, feroz con el feminismo, comprador de doctorados honoris causa en universidades de países pobres, numerosas biografías-alguna inmediatamente retirada por las falsedades que incorporaba-han tratado de maquillar su pasado y presente, incluso el desastre del Prestige que arruinó la costa a morte galega. Autopresentarse como el tercer gran prohombre del conservadurismo español eterno: Cánovas, Jovellanos y él. La historia concreta, pero, desbroza la crónica de un personaje que se convirtió en el último gobernante fascista de Europa. Así lo categoriza el periodista gallego Gustavo Luca de Tena, autor del lúcido 'Retrato de un fascista', publicado en 2002 por Kalegorria.

Argentina investiga hoy

Tiempo a contratiempo, este mismo enero, la justicia argentina a través de la magistrada María Servini reactiva las investigaciones sobre los crímenes del franquismo. Solicitaba al Ejecutivo español los nombres de los ministros y jefes de las fuerzas represivas entre 1936 y 1977. El Estado no ha respondido todavía, pero apelando a los principios de justicia universal la Comisión de Recuperación da Memoria Histórica da Coruña entregó por voluntad propia los datos referidos a Manuel Fraga. En la documentación facilitada, sintetizan que "Manuel Fraga debería formar parte de la causa que la jueza Merini tiene abierta en Argentina para investigar los crímenes del franquismo, ya que desde el Consejo de Ministros fue partícipe y cómplice de toda la política represiva: fusilamientos, encarcelamientos, campos de concentración, despidos, exilio, Tribunal de Orden Público, graves violaciones de los derechos humanos, expedientes a periodistas, cierre de medios y asesinato de trabajadores ".

Todo está escrito en las paredes e inscrito en los dolores acumulados. Cruel rigor de impunidad, cuando se escarba, la memoria siempre quema. Quizás hoy, por eso, resuenan tanto, como nunca antes, los versos que Mario Benedetti dedicó a Ronald Reagan cuando murió. Y que concurren hoy, puntualmente y en la cita de la justicia, no a la memoria de Fraga Iribarne, sino a la memoria de todas sus víctimas. Negadas. Silenciadas. Olvidadas. Tres veces asesinadas ya: por órdenes de Fraga, por la transición de la amnesia y por el olvido de la presunta democracia. En el año 2000 el Estado que retribuye Fraga como senador negó que los asesinatos de Gasteiz fueran víctimas del terrorismo. De Estado.

'Recuérdalo tú y recuérdalo a otros' escribía Cernuda. Un país con memoria, incluso un país normal, no recordaría hoy con loas, coplas y elogios el nombre siniestro del verdugo, que es a la vez presidente honorífico del PP, padre constitucional y incontinente defensor de la 'legitimidad de las metralletas' que ganar la transición. 'Fraga, pasión por la libertad ha dicho Mariano Rajoy: asco. Un país con mínima memoria reivindicar otros nombres. Tantos. Para empezar, los de los cinco obreros asesinados impunemente en Gasteiz, para empezar: Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo y Bienvenido Pereda. Alternativa memoria contra el fraude de la historia oficial, todos ellos han vuelto hoy para quedarse.

Para recordarnos, desde la dignidad de los vencidos, que mientras Fraga muere en la cama, ellas viven, luchan y perviven todavía. Hoy, más que nunca. Y ahora mismo, contra el horror del olvido, la desvergüenza de la hipocresía y la crueldad de la impunidad. Con Walter Benjamin gritando contra el viento: "mientras ellos sigan ganando, ni los muertos se salvarán". Y con los versos de Brossa-Final! - Del 20N de 1975 resonante todas partes: "Tenías que haber hecho otro fin / te merecías, hipócrita, un muro en / otro cerrado. Tu dictadura, / tu puta vida de asesino, / qué incendio de sangre! Podrido verdugo..."

David Fernàndez
fuente: http://www.lahaine.org/index.php?p=58770