Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

viernes, noviembre 18, 2011

El 20-N no votes. “El poder siempre estará contra el pueblo”


Por mucho que les voten, no nos representan ¿ porqué ?.

Una reflexión a esta interesada confusión.

El sentir silencioso de cuantos padecen los efectos devastadores de esta nueva “crisis” del sistema capitalista ha sido abanderado y traducido por el clamor popular de esta valiente generación que han desmontado la ficción de que los partidos políticos, con representación parlamentaria, sea bipartidista o tripartidista, como se pretende, representan al pueblo. Siempre denunciado y combatido por el movimiento anarquista, participar de las instituciones del sistema capitalista es reforzar su poder de dominación y explotación en la sociedad.

En las pasadas elecciones, de menor entidad, se reforzó esta creencia. Es parodógicamente absurdo que la “derecha” política pueda coincidir en representar los “intereses” de los trabajadores y los sectores más desfavorecidos y vulnerables en esta “crisis” o que alquién pretenda patrimonializar a este movimiento pre revolucionario. Y de una simpleza, que no hay que ser un experto matemático, para deducir que si de unos 30.700.000 votaronn algo más de 15 millones, aunque todos hubiesen votado al mismo partido, no representaría a más de la mitad del electorado. Pero si restamos más de 2´5 millones que votaron en blanco, haciendo patente sus protesta contra los políticos. Y que del resultado total de votos válidos el partido más votado tan sólo representa a 1/5 del total. Ello traducido a cualquier contienda electoral, aunque varien los porcentajes, viene a demostrar que ningún partido político está legitimado moralmente para imponer leyes o decisiones al total del censo de población porque ¡ no los representa!.

Está demostrado que la derecha política es la más idónea para salvaguardar los intereses del capital y de las conductas más atávicas y amorales. Los partidos de la izquierda política, que jamás cuestionan el modelo económico, no son, por mucho que lo pretendan los mejores administradores del sistema capitalista. Acceden a un modelo que impone sus límites a cualquier aventura “socialista”. Pero, para desdicha de los sectores sociales más vulnerables, éstos se empeñan en demostrar que son leales administradores del poder que emana del Estado y los intereses del capitalismo. Renegando de una justa redistribución de la riqueza y los valores humanos que siempre ha propugnado el socialismo.

Quienes pensaban “reflexionar” sobre la mejor opción política también lograron sus objetivos. Los partidos parlamentarios marginales lograron mayor representación en las instituciones. Pero quienes realmente deseamos un cambio de modelo social y económico, que no es posible con el actual modelo político, aún debemos continuar en la lucha y las movilizaciones porque nadie que detente el poder político o económico va a hacer concesiones.

Esta es la gran falacia de la democracia parlamentaria. Por mucho que sea considerado un modelo a seguir por quienes participan de ello. Si se eliminasen los grandes beneficios económicos que aporta a los partidos políticos y los candidatos electos, seguro que no serian tan fanáticos defensores. Si estubiesen sometidos a salario y no obtubiesen ingresos de la contribución obligada de los ciudadanos por “representarlos”. Es una ignominia que miles de euros, tan necesarios para paliar las necesidades cientos de miles de familias, se destinen a los partidos politicos.

La abstención activa y responsable fué la gran triunfadora de esa convocatoria electoral del 22-M. Nunca nos representaron. Ni queremos que nos representen. Y sólo la mayoría de edad de los ciudadanos en la defensa de sus derechos con la democracia directa, la emancipación social, podrá sentar las bases de un nuevo devenir en una sociedad igualitaria y libre. Y ese es el llamamiento que de nuevo hacemos. No a la participación electoralista, que perpetua los privilegios de la casta politicas y financieras de este desdichado pais. Sí a la abstención activa, consecuente y reponsable en el compromiso social para con los nuevos parias de la tierra.

Desde este medio nos unimos en su día al Movimiento “no les votes”, germen floreciente del 15 de Mayo español que ha hecho realidad conductas responsables de organización y autogestión que han sorprendido a muchos indocumentados, incluidos los medios de comunicación pro-capitalistas. Son los conceptos asamblearios de participación y libre asociación que practica y propugna el anarquismo militante, y de cuyas realizaciones dan testimonio la historia.Y manifestamos también nuestra opinión y consecuentes prevenciones acerca de posibles manipulaciones. Saludamos de nuevo cuanto emane de autenticidad en la dificil lucha a librar contra los enemigos de la razón y la libertad . Pero hay que reiterar, asumir e insistir en la lucidez de estas palabras:

“No hagáis un solo pacto con el Estado…La democracia es la forma de gobierno más avanzada para perpetuar los intereses del capìtal y la explotación de los trabajadores y que garantiza la perviviencia del dinero y los aparatos de producción.Nunca el pueblo puede tener el poder, el poder siempre está contra el pueblo” Este es el irrefutable alegato de Agustín García Calvo en su intervención en Pta. del Sol.

Declaremos nuestra insumisión al estado actual de cosas por razones de conciencia. Rechacemos el sometimiento a los dictados de las grandes corporaciones financieras y politicas. Nuestra disidencia debe ser un grito de autenticidad contra tantas mezquindades y barbarie.

Ya es hora de plantar cara a tantos abusos. ¡Ningún ser humano sin pan, sin techo, sin futuro!

José caballero

orden anarquista