EL SISTEMA PARLAMENTARIO ES LA APOTEOSIS DEL EGOÍSMO. EN TEORÍA DEBE SER LA SOLIDARIDAD ORGANIZADA; EN LA PRÁCTICA ES EL ABUSO TRIUNFANTE. SEGÚN LA FICCIÓN, EL DIPUTADO SE DESPOJA DE SU PERSONALIDAD PARA FUNDIRSE EN UN SER COLECTIVO IMPERSONAL, POR QUIEN LOS ELECTORES PIENSAN Y HABLAN, QUIEREN Y OBRAN; EN REALIDAD, LOS ELECTORES SE DESPOJAN POR LA PAPELETA ELECTORAL DE TODOS SUS DERECHOS A FAVOR DEL DIPUTADO, Y ÉSTE ADQUIERE TODA LA POTENCIA QUE AQUÉLLOS PIERDEN. LOS ELECTORES, SEGÚN EXPRESIÓN GRÁFICA, SON UN REBAÑO DE VOTANTES” (Max Nordau).