Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

domingo, enero 10, 2010

Sobre la situación de la CNT Andaluza



Adherirse al texto del compañero Benito de la CNT de Chiclana sobre el compañero Juan Castillo y sobre la situación de corruptelas varias que vive la CNT andaluza no es ni más ni menos que un imperativo moral libre y libertariamente hablando. Además, incide en puntos fundamentales, como es el de los acuerdos que se envían al Congreso de la AIT, cuya única función no era otra que el de finiquitarla o, simplemente, dejarla seriamente tocada. Pero no ha sido así afortunadamente.
Vivimos tiempos malos, pésimos, oscuros y, por extensión, situaciones que son dignas de ser estudiadas y analizadas desde entidades tales que Corrupción Internacional. Lo que está sucediendo en Andalucía -¡¡¡¡y esperemos que sólo en Andalucía!!!!- no tiene otro nombre que el de corrupción pura, lisa y llanamente hablando. Que ese proceso, el de la corrupción, lleve o quiera llevar a un supuesto y formal reformismo al resto de la CNT española es posible, ya que la corrupción supone el aprovechamiento de toda una serie de recursos, comunes por lo general, para engordar y dar brillo a unos cuantos, haciendo total desprecio de la mayoría, o séase lo que hace el reformismo toda vez instalado ya a la derecha -que le es esencial-, ya al
centro -que también-, ya a la izquierda -política o sindical que también-. No es otra la orientación del reformismo y no es cuestión de hacer discursos al respecto para perderse en una maraña de palabras que conducen a una única definición.
La corrupción, la actual, la nuestra, la que vivimos y padecemos en la CNT-Andaluza es tan sumamente clara, llana y transparente, que cualquier observador ajeno a la organización, no tendría más remedio que gritarnos a grito pelado si es que somos tontos/as del copón, gilipoyas de la hostia o estúpidos/as de tomo y lomo.
Y es una pena -en serio- tener que hablar así dentro de la propia organización, pero no queda más remedio que agarrar el rábano por las orejas y dejarnos ya de chorradas -que confunden porque salpican a los ojos y ciegan- de si heterodoxos, ortodoxos, anarcopapistas, anarcoX, anarcopoyas o anarcocoños..., porque ese no
es el discurso ni la forma ni el modo de acometer esta realidad, estúpida y frívola -por lo de burguesita y buen rollito-, hasta el infinito, en la que nos vemos envueltos y seriamente enmierdados/as.
El debate es y debe ser mucho más sencillo: estamos en CNT porque queremos estar en CNT con todo lo que ello conlleva a nivel estatutario y a nivel orgánico, sabiendo que sólo hay un camino para estar y/o defender la estructura a la cual libremente -y sólo libremente- pertenecemos: hacer cumplir los acuerdos congresuales y la normativa (esto no se ha de confundir interesadamente con ninguna intencionalidad espúrea de purismo ni simplismo) con sinceridad y decir, al mismo tiempo y con la suficiente convicción, qué nos gusta y qué no nos gusta de todo ello, teniendo claro que el margen de maniobra que tales acuerdos ofrecen a los sindicatos, a sus militantes y afiliados/as es lo suficientemente amplio para abordar el debate, sabiendo también que la propia estructura de CNT permite abordar una y mil situaciones cambiantes y coyunturales mediante la articulación de diálogos, cuya materialización más inminente son, por ejemplo, las conferencias
de sindicatos, en donde se pueden entablar todo tipo de temáticas, que bien podrían pasar a boletines internos sin ningún tipo de rubor ni cortapisas.
Pero, desde hace tiempo, nada de esto se utiliza -pongamos, por ejemplo, en Andalucía- y sí se utiliza como queda fehacientemente demostrado por activa y por pasiva que aquí no hay más ley que la del voto, pero, como también queda demostrado (tras los papeles manejados por la famosa comisión que ha de poner orden imposible a la FL de Sevilla, a a algunos de sus sindicatos fantasmas y a algunos de sus miembros) de un voto que ha sido comprado fraudulentamente y forzado para simple, necia y llanamente “hacer mayorías para controlar la regional”, contando con el respaldo de algunos sindicatos muy simpatizantes ellos con dicha dinámica. Y hasta tal punto no se utiliza nada que avance en el diálogo -que en CNT se traduce en pacto
federativo- que miembros de brillo de esa CNT hispalense, que han ocupado cargos de responsabilidad en la propia organización, evitando el debate y agarrándose al más pueril y miserable oscurantismo, han propiciado, además de doble contabilidades y compra de sellos fraudulentas, la creación de sindicatos que abrazan aquello -que no tiene por qué ser tabú, aunque es una realidad que por facha y autoritaria CNT
actualmente rechaza- de las elecciones sindicales, así de clarito y así de triste, porque, entre otras muchas cosas, este ha sido uno de los factores que han llevado a la CNT sevillana a una situación tan sumamente anómala, que transita entre la pulverización, la fragmentación o la pura y dura escisión.
Pero también es cierto que todo este proceso, que no se cuaja en un día ni surge por generación espontánea, ha tenido y sigue teniendo muchos/as observadores críticos, simpáticos o, simplemente silenciosos/as, que han actuado ante lo que se venía venir bien con displicencia alentadora, bien con críticas no exentas de razón y pruebas. Y en este momento, dado que el proceso en el que nos encontramos es de todo excepto coyuntural, ya no se debe mirar para otro lado, pues, de lo contrario, ello vendría a dar carta blanca a prácticas corruptas y esencialmente autoritarias, propias de quien o de quienes quieren tener allanado el terreno hacia formas de poder y de autoridad completamente incompatibles con una organización como CNT, la cual por activa y por pasiva desprecia y combate cada día dichas expresiones inequívocamente totalitarias. Por otro lado, está claro que quienes idolatren a la divina autoridad y, lo que es más obvio aún, quienes consideren que CNT se les queda pequeñita para desarrollarse en ella, tienen la posibilidad de elegir libremente entre un abanico tan amplio -como castrante- de partidos, sindicatos y organizaciones de carácter vertical y autoritario, que les sería más fácil irse a cagar a algún escenario de ese tenor antes que intentar enmiendar -y enmierdarnosalgo en lo que ni creen ni en lo que se sienten a gusto y que se llama CNT.
Por tanto y para terminar, consideramos que la CNT en su conjunto ni puede ni debe obviar lo que está sucediendo en la regional andaluza, comenzando por:
• la compra espúrea de votos para hacer “mayorías”;
• la utilización de una más que dudosa contabilidad y un más que demagógico recuento de afiliación
para pedir a la Confederación una millonada a cuenta de nuestro mermado patrimonio para, entre otras cosas, la creación de una empresa de tipo capitalista pura y simplemente;
• la creación de sindicatos fantasmas a partir de esa compra espúrea de votos;
• la creación en su seno de sindicatos con presencia en los comités de empresa;
y terminando por la corrupción como arma, medio y artilugio para conseguir zonas de poder y dominio que al albur del voto fácil y la connivencia se han convertido en un misil que se dirige directamente al corazón de la Confederación.
La situación, pues, no es nada halagüeña y el margen de maniobra de las diferentes regionales que conforman la Confederación, aunque limitado, debiera comenzar por pedir explicaciones a la regional andaluza en su conjunto de porqué se ha llegado a esta miserable por oscura situación, exigiendo toda la documentación, antes de que algo pueda perderse o traspapelarse, que obra en manos de la CNT sevillana y
de la Comisión que debería de haber puesto todo en claro y que ha acabado como el rosario de la aurora con expulsiones, lecturas interesadas y un cierto grado de connivencia con una práctica que a todas luces no se puede definir sino como corrupción pura, dura y desnuda. No es otro el camino que debe tomar la CNT en su
totalidad... Lo contrario, el dejar hacer y el obviar, no nos puede conducir sino a un callejón sin salida y, por extensión, a la corrupción integral y a la manipulación de la CNT en su conjunto.


Cristobal