Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

domingo, noviembre 08, 2009

NI ELECCIONES SINDICALES NI COMITÉS DE EMPRESA


Después de 20 años de elecciones sindicales, múltiples comités de empresa y delegados, los trabajadores debemos hacer al menos una reflexión: ¿qué hemos conseguido con ellos? ¿Para qué han servido, o sirven?

A estas alturas muy pocos dudaremos en asegurar que para nada, teniendo en cuenta la situación en que nos encontramos, de carencia de unidad, carencia de fuerza, y atados de pies y manos ante la patronal y el gobierno de turno, con contratos basura, paro, y la negociación colectiva basada siempre en lo que la petronal y el gobierno quieran.

Recordemos lo que decían CC.OO. y UGT, y demás sindicatos defensores de las elecciones sindicales, después de los Pactos de la Moncloa:

"Los Comités de Empresa son órganos unitarios de los trabajadores, evitarán su división, aumentará la fuerza de los sindicatos, mejorará la negociación en la empresa, y potenciarán las asambleas como órganoza de decisión".

¿Qué decíamos y decimos la CNT? Que los comités de empresa son órganos corporativos e insolidarios que dividen a los trabajadores empresa por empresa, haciendo un sindicalismovertical, y practicando el parlamentarismo, y por tanto dividiendo a los trabajadores. Hacen de los sindicatos órganos burocráticos al servicio de la patronal y del gobierno, quienes los mantienen, ajenos así a los intereses de los trabajadores. Las asambleas desaparecen, puesto que los comités tienen toda la capacidad de negociar, y estas se convierten en órganos inservibles, puesto que son consultivas, no decisorias. Los sindicatos pierden su fuerza, puesto que los trabajadores no vemos en ellos nuestra arma de defensa frente a la patronal.

Con el tiempo transcurrido, cabe preguntarnos: ¿quién tenía razón?

¿Cómo estamos los trabajadores hoy? No tenemos unidad, somos insolidarios, se practica el sálvese quien pueda ante cuelquier problema y reivindicación.

Contratos a través de ETTs, y ese largo etc. que todos conocemos.

Rectificar siempre se ha dicho que es de sabios: aún estamos a tiempo de hacer un sindicato fuerte, al margen de los burócratas comprometidos más en la defensa de sus sueldos y sus privilegios que en defender a los trabajadores.

Exige un sindicato de trabajadores, y para trabajadores.

Si nadie trabaja por ti, que nadie decida por ti.

Afiliate a la CNT, otra forma de hacer sindicalismo.