Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

miércoles, octubre 28, 2009

LA TRAICIÓN DE LA HOZ Y EL MARTILLO



Autor: Erick Benítez Martínez

Así como es interesante para la lucha libertaria cultivarse en los valores que han defendido y defienden anarquistas a lo largo de todos estos años de infatigable lucha, también es importante conocer ideologías, autores y pensadores que se oponen o que difieren de los valores perso­nales, pues la complacencia no tiene que bastarnos, y con análisis que no son propiamente libertarios, se adquieren conocimientos y raciona­mientos que nos pueden enriquecer ideológicamente.

El presente libro no pretende ser un escrito filosófico ni puramente ideló­gico, sino más bien, un análisis del marxismo, de realidades del punto de vista militante y activista. Tampoco quiere explicar qué es el anarquismo, pues para eso ya hay otros autores que lo han intentado definir y analizar desde su perspectiva personal.

Así pues el presente libro pretende hacer desaparecer mitos y destapar el oportunismo y la sinrazón de aquellos que, desprestigiando la idea del verdadero comunismo, han utilizado ésta palabra y la han tergiversado hasta hacerla despreciable, puede dejarse puntos de análisis abiertos, pero ahí queda escrito una parte del análisis que el autor ha querido dar más importancia.

Núnca debemos olvidar tanta traición y tanta desfachatez no podemos nunca dejar respirar al autoritarismo, se vista del color que se vista, por­que la unidad ha de ser con quien se la merezca.


Que el lector no se haga anarquista jamás, no es obligatorio serlo. Pero lo que debería ser verdaderamente un deber de todos es conocer el anarquismo. Volin