Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

jueves, mayo 31, 2012

LA HUELGA GENERAL


No cabe la menor duda que la huelga es uno de los mejores instrumentos de lucha de la clase obrera, aunque no el único, hay otros medios también muy eficaces como pueden ser: el boicot, el sabotaje, la desobediencia, etc.
La huelga puede ser parcial: de una empresa o sector productivo, o puede ser General, en este caso abarca a todas las empresas y sectores productivos, para que tenga posibilidades reales de lograr las reivindicaciones planteadas es necesario una serie imprescindibles de requisitos, primero que sea de verdad, que haya la voluntad real de llevarla acabo, en segundo lugar contar con las fuerzas y los apoyos necesarios. Otra condición es que debe de ser indefinida, debe prolongarse en el tiempo todo lo que sea necesario hasta lograr los objetivos propuestos o en su defecto que hayamos llegado hasta el límite de nuestras fuerzas, hasta el final de nuestra capacidad de resistencia.
Los paros simbólicos de 24 horas no son verdaderas huelgas.


La huelga simbólica o política:
En este caso los verdaderos objetivos no son la mejoras de las condiciones laborales o sociales, sino los intereses particulares o de grupos.
En España no ha habido ninguna huelga general verdadera desde los tiempo de la República hasta ahora, a lo que falsamente se ha llamado huelga general, sólo han sido paros simbólicos de 24 horas.
El sindicalismo subvencionado jamás intentará llevar a cabo una verdadera huelga general, porque pondrían poner en peligro su propia existencia, ya que dependen de las subvenciones para mantener su estructura burocrática y a los miles de liberados, sin los cuales estas organizaciones carentes de ideología y de militancia no podrían funcionar.
Esta claro que el Estado como representante de las clases dominantes y del poder económico no daría un solo euro a quienes se opusieran de manera real a sus planes económicos, como son: los recortes salariales y de las prestaciones sociales, bajada de las pensiones, recortes en sanidad y enseñanza. El sindicalismo institucionalizado ha sido un instrumento muy eficaz para la desmovilización de la clase obrera, y continua siendo necesaria su complicidad para llevar a la práctica el desmantelamiento de lo que se ha denominado hasta ahora el estado del bienestar: la privatización de la sanidad y de la enseñanza pública y de todos los servicios sociales, la perpetración de uno de los robos más grande de la historia, contra la clase obrera y el pueblo español.
Hay que reconocer que en estos momentos no hay ninguna organización sindical con capacidad real, ni con poder de convocatoria suficiente para llevar a efecto una huelga general, con un mínimo de posibilidades de éxito. La única posibilidad real de llevar a a la práctica una huelga general, es tal vez, sumando las fuerzas de todas las organizaciones sindicales; pero esto por el momento no es posible, porque CCOO y UGT, organizaciones que por muy reformistas e institucionalizadas que sean, siguen teniendo el mayor poder de convocatoria y está claro que por el momento estas organizaciones no están por la labor de ir más allá de algún paro simbólico de vez en cuando, como lavado de cara, para que no se note demasiado su entreguismo y sumisión a los intereses de los grades poderes económicos, de las entidades financieras y de las corporaciones multinacionales que al fin y al cabo, son quienes gobiernan el mundo.
La propuesta de la CGT y SO para que la CNT se sume a una hipotética huelga general, para el otoño resulta cuando menos ridícula, ni el más tonto creería que esta convocatoria tiene la más mínima posibilidad de éxito, SO es un fantasma y prácticamente no existe en ningún lugar del territorio español, la CGT cuenta con un pequeño grupo de liberados y con mucho menos militancia que la CNT; pero aun sumando la fuerzas de la CNT no tendríamos la capacidad de ir algo más allá de lo puramente simbólico.
La CNT no puede ni debe participar en acciones puramente simbólicas sin ninguna trascendencia real porque esto, no solamente sería una falta de respeto a la clase obrera, a la que estaríamos mintiendo, y además perderíamos todo atisbo de credibilidad.
No existe otro camino que la verdad, cualquier otra cosa es engañarse y ganas de perder el tiempo.
Cual es el fondo de la cuestión, no creo que nadie, ni siquiera los propios promotores de estas movidas se crean en algún momento que tienen alguna posibilidad real de tener un mínimo de incidencia, lo que en realidad persigue la CGT es utilizar la huelga como pretexto para poder realizar una serie de movilizaciones en la calle, que por si sola, no podría llevar a efecto dado su escaso poder de convocatoria y su moribunda realidad, prueba de ello es que a pesar del tiempo que llevamos de crisis económica y de los graves recortes sociales, no han realizado ninguna movilización de importancia a nivel del estado español y busca a la CNT como tabla de salvación, y gracias a la connivencia de algunos sindicatos cómplices, y a la de algunos reformistas infiltrados, se pretende forzar a la CNT a participar en este montaje teatral, en una falsa huelga que se concretará, si nadie lo impide, en dos o tres manifestaciones en todo el territorio nacional, con casi toda seguridad una en Córdoba donde la confluencia entre ambas organizaciones viene de lejos, otra en Barcelona y probablemente también en Bilbao o alguna otra ciudad del País Vasco. La realidad es que nadie se cree lo de la huelga general, lo único que se pretende es el acercamiento de la CNT a la CGT, que esto se vea con cierta normalidad, de cara a una futura fusión entre ambas organizaciones, donde todas las escisiones reformistas de la CNT se reunifiquen o se reencarnen en una nueva CNT des-ideologizada y reformista.
No es de extrañar que para imponer sus maquiavélicos planes vuelvan a recurrir al manido argumento de las mayorías y a la marrullería de la normativa orgánica surgida del X congreso, una mayoría inventada, basada en los votos comprados.
En estos momentos los acuerdos que toma la CNT a nivel general, carecen de legitimidad, porque no hay ninguna seguridad de representen la voluntad mayoritaria de los afiliados y sindicatos. Mientras no se esclarezca la compra de votos y se depuren todas las responsabilidades, los acuerdos que tome la CNT a nivel general, carecen de ningún valor moral.

CONTRA EL REFORMISMO Y EL EJECUTIVISMO ANARCOSINDICALISMO.

La Última Barricada.